lunes, 2 de julio de 2007

Violencia homofoba


Tenía ensayo con el grupo que tengo con unos amigos y me era imposible decir que no podía ir porque me lapidarían con sus propias manos si faltaba a un ensayo, así que me despedí de mi tios y mis padres, les dije que no comería en casa y cogí el bus de las cuatro con destino Plaza de Armas.Era la segunda vez que cogía el autobus de ese barrio y me sentía un poco nervioso por lo que pudiera pasar ya que, el día anterior, había tenido ciertos problemas que intentaba olvidar.

Tardo media hora en llegar a Plaza de Armas así que fui leyendo las canciones para aprenderme la letra de algunas que aún no sabía y para asegurarme de que me sabía otras. La verdad es que fui muy tranquilo durante todo el viaje y me bajé en Plaza de Armas con el tiempo justo para llegar al Prado de San Sebastian y cojer el bus que me lleva al barrio de mis amigos.
Tarde media hora en llegar al barrio y fui a casa de mi amigo para poder ensayar.

Todo iba muy bien, ensayamos unas dos o tres horas, y a las ocho y media cogí el bus de nuevo para volver a Sevilla y realicé el mismo camino, Prado, Plaza de Armas y bus de vuelta.El día anterior tuve una esperiencia bastante mala al cojer el autobus ya que unos chicos, tres exactamente, algo más mayores que yo me insultaron pero no pasó de eso, insultos, así que me aseguré de no cojer el autobus a la misma hora que el día anterior y me monté sin dejar de repasar las canciones que me habían entregado en el ensayo.

Imaginad mi sorpresa al ver que, al final del autobus, estaban mis tres conocidos junto a tres amigos. Siguiendo los consejos de amigos a los que les conté lo ocurrído anteriormente me senté delante del autobús, sin echar cuenta de ellos, y comencé a leer.


No ocurrió nada durante el trayecto y mi parada estaba cerca. Me levanté y me dirigí hacia la salida sin mirar al grupo de chicos, pulse el botón de parada y bajé del bus cuando se abrieron las puertas. Me dí cuenta de que me habían seguido al bajar así que aceleré el paso. Serían cerca de las diez y tenía que pasar por una zona enorme de obras, sin nadie. Caminé sin pararme al llegar a las obras noté una mano en mi hombro que tiró de mi hacia atras, impidiendome caminar.

-Esperate, hombre, que queremos hablar contigo.
-Lo siento, es que tengo prisa.


Intenté seguir caminando pero me volvió a cojer, esta vez del brazo.


-Te he dicho que te esperes, marica, y si te digo que te esperes te esperas y punto.


Sentí que me golpeaba la rodilla por la parte de atras y caí al suelo. No les veía porque estaba de espaldas y, al caer, me había hecho muchísimo daño en las manos, una de ellas incluso sangraba un poco. Me incorporé y me golpearon de nuevo, esta vez en el labio, abriendome los puntos que tengo desde pequeño. Sangraba, me dolía muchisimo y era incapaz de escuchar sus insultos, aunque si era capaz de sentir sus golpes.
Finalmente, el que me había parado me cogió del pelo obligandome a levantar la cabeza.

-Ya nos veremos otro día, maricona.


Me soltó y me quedé quieto en el suelo, sin moverme. Ellos se fueron pero yo era incapaz de mover un musculo. Me dolían muchisimo las piernas y dudaba que pudiera ponerme en pie en un buen rato, me había quedado sin aliento y estaba lleno de sangre.No había nadie por la calle y la mochila, con el móvil estaba a un metro de mi.Me quedé tumbado durante un rato, mirando al cielo, intentando no llorar. Al rato escuché el móvil. Me arrastré un poco y lo cogí pero me negué a devolverle el toque a mi chico, en parte porque me sentía avergonzado por lo que había pasado. Me incorporé y llamé a mi padre.


-¿Donde estás?
-En la obra. Ven a por mi, me duele la pierna mucho, no puedo andar.


Colgué y me tumbé. Esperé a mi padre unos diez minutos. Él me levantó, me metió en el coche y me llevó al ambulatorio donde me cosieron el labio y me curaron los hematomas.Nunca le había contado a mi padre mis inclinaciones más que por miedo, por pena hacía su persona, pero esa vez no tenía remedio. Justo el día anterior había estado hablando con unos amigos, incluido mi chico, de como contarselo y esta situación me pareció la peor, pero era la única que tenía.


No me dijo nada. Se quedó callado. Me llevó a casa y se comenzó a vestir para salir. Yo me conecté pero no quería contarle a mi chico nada delante de mi padre así que esperé a que este se fuera, pero para entonces también él se había ido a dormir.Se lo conté a unas amigas que, furiosas, me aconsejarob contarselo a mi madre, a mi novio y poner, seguidamente una denuncia. Pero, ¿cómo pongo una denuncia a alguien que no conozco?

Me derrumbé en la cama, pensando en todo lo que había pasado, me dolía todo el cuerpo y no podía hablar con nadie a quien realmente le importara mi situación.
Os aseguro que es el momento en el que me he sentido más solo.

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